1- Simbología del ojo

El ojo ha poseído siempre una fuerte función simbólica y mágica que ha dado origen a leyendas y mitologías; fuente de creación divina, metáfora del despertar de la conciencia, amuleto para el hombre y ofrenda para las divinidades.

Decenas de expresiones lingüísticas le hacen referencia, antiguas y actuales, igual que las viejas creencias se mantienen vigentes en nuestros días, como es el temido mal de ojo, un hechizo maléfico que se transmite por la mirada.


Varios mitos y leyendas hablan del Ojo de Horus, Udjat para los antiguos egipcios, que fue un amuleto muy popular en todas las esferas sociales de la civilización faraónica que, basado en sus leyes aritméticas, preservaba de maleficios y potenciaba las facultades de quien lo llevaba.

De esta tradición egipcia reaparece El Ojo Que Todo Lo Ve unido a un concepto religioso y utilizado por la Masonería y los Illuminati, entre otras sectas. El Cristianismo y el resto de religiones también se refieren al concepto de esta mirada omnipresente, pero se diferencian en su interpretación: para unos es un ojo vigilante y controlador que abarca la inmensidad, y para otros es la mirada sobre uno mismo.

Más relacionado con la perspectiva espiritual, el Hinduismo y algunas culturas asiáticas destacan la importancia del Sexto Chakra o Tercer Ojo, un punto situado entre las dos cejas que se relaciona con la luz, la intuición y el mundo sutil.

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