Durante la segunda guerra mundial, los pilotos de las fuerzas aéreas británicas descubrieron que, tras comer mermelada de arándanos, aumentaba su visión nocturna. Desde entonces, esta planta se ha utilizado en Europa para prevenir y tratar trastornos oculares diversos, como degeneración macular (que sufren sobre todo las personas mayores), glaucoma, desprendimiento de retina, ceguera nocturna y cataratas (combinada con vitamina E).
Es un buen remedio para aquellas personas que han de conducir durante muchas horas seguidas, especialmente durante la noche.
Sus ingredientes activos fortalecen los capilares y favorecen las reacciones químicas de los ojos, por lo que serán útiles en la prevención de problemas de la visión causados por la ruptura de pequeños vasos sanguíneos en los ojos.
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