La luz del sol


El valor de la luz del sol en todos los casos de visión defectuosa es muy grande, y todos los aqueja­dos deberían pasar el mayor tiempo posible bajo ésta.


Lo mejor es cerrarlos ojos, ponerse frente al sol, y mover suavemente la cabeza de un lado a otro para que los rayos caigan con igual fuerza en todas las partes de los ojos. Siempre que sea posible, debería hacerse unos diez minutos tres veces al día.

Este ejercicio atrae la sangre a los ojos y relaja los músculos y nervios. (Nunca deben llevarse gafas mientras se hace esto.)


Fuente: Recupere la visión sin gafas, de Harry Benjamin

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